Ellos son el escándalo por César Lévano (*)
Nuestra información de ayer sobre visitas nocturnas al reo Alberto Fujimori ha provocado la ira del fujimorismo, el cual ha respondido con su principal arma ideológica: el insulto.El país ha vuelto a escuchar el lenguaje soez que empleaba el periodismo vendido contra la prensa independiente en los días del dúo corrupto Fujimori-Montesinos.Nuestra información, que ha tenido resonancia internacional, se basó en las fotocopias del cuaderno de ocurrencias del penal donde se encuentra recluido el personaje que renunció por correo electrónico al más alto cargo de la República.Nuestra información se sustenta en un principio: los funcionarios públicos, a diferencia del ciudadano común y corriente, están expuestos al escrutinio de los medios de comunicación. Es no sólo un derecho, sino también un deber, investigar e informar sobre ellos. Hay mucha documentación jurídica nacional e internacional al respecto.El profesor estadounidense H. Eugene Goodwin transcribe en su libro A la búsqueda de una ética en el periodismo esta declaración de Robert W. Greene, gerente del diario Newsday: “la prensa tiene que violar la vida privada de los gobernantes para así poder determinar si ellos, a su vez, están violando la confianza pública”.La falange fujimorista se ha indignado porque hemos dado cuenta de las prolongadas visitas nocturnas de la congresista Cecilia Chacón al reo Alberto Fujimori, alojado no en una cárcel, sino en una suerte de hotel de cinco estrellas.La verdad es que esa nocturnidad existe, y consta en el cuaderno de ocurrencias del penal. ¿Es esto mentira? No.La congresista Keiko Fujimori ha afirmado en RPP que, por razones de seguridad, la familia lleva el almuerzo al preso; en tanto que los congresistas le llevan la cena. ¿Es exacto? ¡Es falso! En el cuaderno de ocurrencias se ve, por ejemplo, que Sashi Fujimori, hija del ex dictador, llegó al penal, el 22 de octubre del año pasado, a las 8:40 de la noche, “trayendo la cena”. Se retiró a las 21 horas.Esa misma noche, a las 10 p.m., “ingresa la congresista Cecilia Chacón para verificar el estado” de Fujimori. Se retira a las 23:53, al filo de la medianoche.¿Es acaso médica la señora Chacón?La mafia fujimorista nos amenaza con un juicio por un millón de dólares. Va a perder. Conforme al principio de exceptio veritatis (prueba de la verdad), podemos demostrar que nuestra información fue veraz y fruto de una investigación diligente.Además, nos reservamos el derecho de demandar por cinco millones de dólares a la mafia por calumniarnos diciendo que LA PRIMERA es vocero de Ollanta Humala. Si ganamos el juicio, por ser de justicia, donaremos la jugosa suma a los despedidos de los regímenes de Fujimori, Toledo y García. Para celebrarlo, organizaremos una gran fiesta folclórica.
(*) Aparecido en la columna del Director del diario La Primera.
Aunque parezca excesivo el tiempo de la visita de la Sra Chacón de Vettori, esta amparada por la ley (entonces habría que modificar la ley) y lo que sucede adentro es de incumbencia del reo, de la congresista y quizás del Sr Vettori. Esto no quiere decir que la Sra Chacón pueda evitar -en su calidad de personaje público alimentado por nuestros bolsillos- el estar sujeta al escrutinio público para que rinda cuenta de sus actos como congresista y está y estará fiscalizada por la prensa independiente. Ahora ellos tendrán que demostrar que La Primera es financiada y manejada por las huestes del nacionalismo humalista. Craso error de ladrón que cree que todos son de su condición.
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